De la Nobleza y la Lealtad (Capítulo IV)

Que debe el rey seer fuerte, e poderoso, e esforzado, e sabio, e enviso

 

  «Dijeron que cumplía fuese fuerte, e poderoso, e esforzado, e enviso. Et razonable es quel que non ha poderío, non ha lugar de cumplir justicia, nin de regir, nin de facer ninguna cosa de las que a regimiento de reino pertenescen: que puesto que sea de sangre real, si poderío non ha, non podrá regir los poderosos, e nin los flacos tan solamente: que el oficio la persona lo face seer grande, menguado seguientes la cuantidad o calidad del que tiene el oficio; como ya ayamos visto muchos de sangre real, e aun reyes e príncipes: e porque non son poderosos, son en grand caimiento e perdimiento, e en grand pobreza, e abiltados e sobjudgados de otros de menor linaje que ellos.


Et si estas dos cosas han, e non son esfortados, e fuertes non les aprovechará; que sin esfuerzo non puede ser fecha, nin acabada cosa buena nin mala, como la covardía sea la cosa mas vil, e menos temida que todas las cosas del mundo, e por esfuerzo, e fortaleza vimos acabados muy grandes fechos, e obras maravillosas. Et la fortuna de sí mesmo ayuda a los osados. Et el que ha de regir reino, si esfuerzo, e fortaleza non oviese, non podría venir en perfición de su regimiento, nin dar fin a ningún buen fecho. Et los que con el reino oviesen guerra cobrarían osadía, veyéndolo más flaco, e de poco esfuerzo, e fortaleza, e muy de ligero podría el reino perescer, cuando non oviese buena cabecera, como muchas veces hayamos vistos muchos reinos seer perdidos por haber rey, o príncipe, o regidor cobarde, e flaco, e de poco esfuerzo.

Et por contrario con esfuerzo, e fortaleza llevar lo poco a lo mucho, e lo menos a lo más, e seer defendidas muchas tierras por ello. Et al fuerte, e esforzado temenlo, e non se atreven a él los suyos, nin los estrannos, e más vence su nombre que el golpe de su espada: mas non cumple que sea fuerte nin esforzado a los flacos, e de poco valor, que la fortaleza, e esfuerzo se debe usar en sus tiempos, e logares debidos, e convenientes, que a grand fazanna, o regimiento pertenescan. Et que non aya temor de regir, así al fuerte como al flaco: que si temor en esto tiene, nunca buen fecho fará. Onde dijo el filósofo: fortaleza es de sí mesma queja de atender la virtud del su nombre.»

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Habra leído esto el Borbón?

Ludovico dijo...

La monarquía, si la entendemos como designio divino,(no veo otra forma razonable de entenderla), tiene el sacrosanto deber de defender la Patria, la Fe y la Justicia como primera y fundamental premisa.
En el momento en que un Rey vive de espaldas a sus obligaciones naturales, el pueblo tiene la obligación de exigirle las responsabilidades debidas.

Anónimo dijo...

Sólo leen lo que les ponen por delante.

Ludovico dijo...

Y Don Juan Carlos I en Bahrein