El Conde Pedro Ansúrez

     
 La ACT Fernando III el Santo presenta el libro
"El Conde Pedro Asúrez, poder y dominio aristocrático en León y Castilla durante los siglos XI y XII"

La presentación será el próximo viernes 4 de abril, en la Biblioteca Pública de Palencia a las 20:00 horas, contando en el acto con la presencia del autor del libro, el historiador Don Andrés Barón.


Dentro de las élites aristocráticas de los siglos XI y XII, pocos de sus miembros consiguieron tener un protagonismo tan destacado o alcanzar cuotas de poder similares a las del conde Pedro Ansúrez. Nacido en el seno de los Banu-Gómez, una de las parentelas más relevantes del antiguo reino de León, y poseedor de un importante dominio territorial que abarcaba desde las montañas de Liébana hasta la zona meridional del Duero, su cercanía y fidelidad a la figura de Alfonso VI le llevó a convertirse en su principal vasallo y en el magnate más poderoso de los reinos de León y Castilla, siendo partícipe junto a este último en los hechos más relevantes de su tiempo.
 A través del estudio de la persona del último de los grandes condes de Carrión, el autor logra plasmar una visión del mundo aristocrático, de las relaciones que sus miembros mantuvieron con la monarquía y el resto de grupos de la sociedad de su tiempo, pero sobre todo de sus estructuras de poder, dado que aproximarse a los sectores laicos durante la plenitud del Medievo, supone inevitablemente referirse a este último, entendiendo su concepción desde distintas variables y diferentes perspectivas. Un poder que sin duda tenía sus bases en el propio origen y cuna del individuo, en su condición de grandes guerreros, o en la propiedad de la tierra y el dominio sobre los hombres asentados en la misma; y que se incrementaba de manera sobresaliente por la cercanía a la figura del monarca, por su proyección social mediante las oportunas alianzas matrimoniales, o por la fuerza proporcionada por las armas de sus caballeros y vasallos dependientes.

Entrevista al historiador y gestor cultural Andrés Barón

El próximo mes de abril, contaremos en Palencia con el historiador Andrés Barón que presentará la biografía sobre el conde Pedro Ansúrez, que acaba de publicar. Con ese motivo, desde la ACT Fernando III el Santo le hemos realizado una entrevista para que el autor nos adelante alguno de los temas que se tratarán en la conferencia que impartirá en la Biblioteca Pública de Palencia el 4 de abril a las ocho de la tarde.



Andrés Barón, además de este último libro titulado “El conde Pedro Anzúrez, Poder y dominio aristocrático en León y Castilla durante los siglos XI y XII”, es un experto en esta época, y es autor entre otros, de artículos como “Un magnate del siglo XIII, Alvar Fernández Podestad. Problemática y posibilidades sobre su origen y parentela”; “Aristocracia laica y fundaciones monásticas en el siglo XI. El ejemplo de San Salvador de Cantamuda”, “Poder y vasallaje en los siglos XI y XII. La militia de Pedro Ansúrez”, “Estructuras de vasallaje en el área eumesa durante el siglo XII. El círculo de fideles del conde Fernando Pérez” y “Magnates y nobiles en la curia del conde Raimundo de Borgoña”. O de la extensa monografía “Grupos y dominios aristocráticos en la Tierra de Campos Oriental. Siglos X-XIII”, el cual constituye un elemento de primer orden para el conocimiento de las parentelas aristocráticas, tanto de los grandes señores como de la nobleza inferior, asentadas en la región palentina de la Tierra de Campos, durante los siglos centrales del Medievo.


ACT Fernando III el Santo   Andrés, en tu nueva obra te sumerges en el medievo de los Reinos de León y Castilla de los siglos XI y XII. Como definirías la figura del noble que da título a tu nuevo libro, el conde Pedro Ansúrez?

Andrés Barón  Habría que establecer una doble perspectiva, distinguiendo en este caso entre lo histórico y lo historiográfico. Desde el punto de vista histórico no cabe duda que Pedro Ansúrez puede ser considerado como el magnate por excelencia de la curia de Alfonso VI de León y Castilla. Sin duda alguna, esa relación de amistad entre ambos personajes -que probablemente debió fraguarse desde la infancia o adolescencia, ya que debieron criarse y crecer juntos en la corte de Fernando I-, superó ampliamente los límites de lo que puede considerarse como estrictamente vasallático, de esa fidelidad que todo vasallo debía a su señor, incrementándola sobremanera, y participando junto al mismo en los hechos y acontecimientos más relevantes de su época. Esto le llevó a convertirse en su vasallo favorito, en su principal consejero, y por ende, en el miembro más poderoso de la aristocracia de su época; llegando a ocupar una posición de primacía sobre el resto de los integrantes de la aristocracia del reino.

Ya desde un punto de vista historiográfico, la figura del personaje es única, no sólo para el estudio de su figura como tal, sino también para mostrar todo ese mundo que rodeaba al sector de los miembros de la aristocracia laica, a ese orden de los guerreros que configuraba el primero en los que se dividía la sociedad de los siglos centrales de la Edad Media. Y es que el número de referencias documentales que se ha conservado, directas o indirectas, supera con creces las de cualquiera de los otros condes o próceres de la curia de Alfonso VI, vamos, que lo único que nos faltaría ya sería un poema épico que narrara sus gestas. Esto permite abordar su estudio con garantías más que suficientes. De este modo, se puede incidir en todos los puntos, aspectos o temáticas, que requiere la metodología de análisis propia para el estudio de los poderes laicos. Es decir, el análisis de su parentela, tener una visión más que satisfactoria de lo que fueron sus dominios territoriales, de su participación en la política del reino, concretar quienes componían ese conjunto de caballeros que configuraban su mesnada, y establecer cuáles fueron los dominios eclesiásticos con los mantuvo algún tipo de relación. Todo esto es lo que permite escribir una monografía de estas características, amplia e independiente, que de lo contrario, y como puede verse con otros de sus contemporáneos, no pasaría de ser un breve artículo de investigación en cualquier revista especializada.
  
ACT Fernando III el Santo   La familia Banu-Gómez tuvo una importancia enorme durante esa época, y siempre fue de las familias más fieles al Rey de León. Por tanto, podemos entender desde tu punto de vista, que Palencia es históricamente más leonesa que castellana?

Andrés Barón  Vayamos por partes. En lo que respecta al primero de los puntos que me planteas, siento tener que defraudarte, y entrecomilla el verbo defraudar. Porque si bien es cierto que Pedro Ansúrez es paradigma de lealtad, de lo que fue un vasallo fiel, también resulta ser en cierto modo la paradoja. Y es que sí en algo se caracterizaron sus antecesores, entre ellos su propio progenitor, fue por mantener, y de forma continuada, una actitud de rebeldía hacia la institución regia leonesa. Ya desde la primera mitad del siglo X, se tiene constancia de la rebelión que junto con el conde de Castilla Fernán González, llevó a cabo el que puede ser considerado como primer conde de Saldaña, Diego Muñoz, contra el monarca Ramiro II. De igual modo, debemos recordar las rebeliones del conde García Gómez contra Vermudo II a finales del siglo X, que le llevaron en ocasiones a aliarse con el mismísimo al-Mansur, y posteriormente contra Alfonso V en el año 1008. Y por último, cabe recordar que el conde Asur Díaz, padre de Pedro Ansúrez junto con sus hermanos, tomaron partido en un primer momento por el monarca navarro Sancho III el Mayor, cuando éste llegó a anexionarse amplias zonas del territorio de León durante la década de los años treinta del siglo XI, y posteriormente por su hijo, el entonces conde de Castilla Fernando I en su aventura de conquistar el trono leonés, luchando a su lado en la batalla de Tamarón, donde como es sabido Vermudo III falleció en este combate, dando lugar a la implantación de una nueva dinastía en los reinos del occidente peninsular. Como puede verse, se trata de una verdadera tendencia en contra de la autoridad regia leonesa, la mostrada por los miembros de este grupo aristocrático, que les lleva a aliarse con enemigos exteriores del reino, cristianos o musulmanes o a dirigir embajadas, a título personal, al Califato Omeya de Córdoba. Todo ello, eso sí, en una época en que tiene lugar la formación del sistema feudal en el reino de León. Ahora bien, dicho esto, repito, Pedro Ansúrez es probablemente el miembro de este grupo aristocrático que mantuvo siempre una fidelidad continuada hacia quien fue se señor natural, el monarca Alfonso VI“. Que buen vasallo si tuviera buen señor” nos dicen los versos del Cantar de Mío Cid. Bueno, pues es una premisa que puede ser perfectamente aplicable al caso de Pedro Ansúrez. Es buen vasallo, un servidor fiel y leal, y tiene un buen señor, al que le unía, no sólo una relación de obediencia, sino también una amistad posiblemente desde los tiempos de su juventud como ya se ha señalado, que le lleva a luchar con él frente a las aspiraciones de su hermano Sancho II de Castilla por hacerse con el domino en León, tras la división de los reinos en las disposiciones testamentarias de Fernando I; que posiblemente pudo acompañarle a su exilio en la taifa de Toledo o luchar por sus derechos al trono en Zamora; que va a estar a su lado en todos los acontecimientos bélicos que van a producirse en ese siglo XI, o en todos los eventos de importancia que se desarrollaron a lo largo de esta época. Y que por otra parte, tienen un buen señor que sabe premiar con creces esa fidelidad mostrada. Fidelidad que desempeñará de igual modo hacia su sucesora la reina Urraca, tras su ascenso al trono de León y Castilla una vez fallecido su antiguo señor.

Y respecto a lo que me preguntas sobre Palencia. Te diré que en mi opinión, se trata de un territorio que conserva por igual tanto una herencia leonesa como castellana. El punto de inflexión hay que buscarlo en el año 1157, momento en que tiene lugar el fallecimiento del emperador Alfonso VII. Hasta esos momentos, los territorios de Palencia habían formado parte indiscutible del reino de León (los Banu-Gómez son una parentela leonesa y el conde Pedro Ansúrez es un conde leonés). Sin embargo las disposiciones testamentarias de Alfonso VII establecían que los territorios comprendidos entre el Pisuerga y el Cea, es decir, los antiguos Campos Góticos, y por ende también el resto de las tierras al norte de los mismos, debían pasar a formar parte a partir de entonces del reino de Castilla. A partir de esos momentos, las tierras de Palencia pasan a ser castellanas, y sus habitantes, vasallos del rey castellano, iniciando de este modo una nueva andadura histórica. Los territorios de Palencia dejan de ser leoneses para pasar a ser castellanos, iniciando de este modo una nueva andadura histórica, esta vez con Castilla, en un momento en que con la subida al trono de un monarca tan destacado como Alfonso VIII (cuyo noveno centenario de su muerte se conmemora precisamente este año de 2014), Castilla llega a consolidarse como el más poderoso de los reinos de la Cristiandad hispánica. Aunque ciertamente, es un periodo relativamente corto, apenas setenta años, ya que una vez que Fernando III accedió al solio castellano, la muerte de su padre Alfonso IX de León propició que el primero accediese a su herencia paterna, volviéndose a  unir ambos reinos, e iniciando una nueva andadura histórica, que habría de dar lugar a la posterior Corona de Castilla y después a España. 
  
ACT Fernando III el Santo   Nos podrías explicar como estaba organizada la sociedad en un territorio como el Condado de Saldaña durante la época en la que gobernó Don Pedro Ansúrez?

Andrés Barón  Ni más ni menos que como toda la sociedad feudal: en tres órdenes o estamentos. Y no porque lo digamos nosotros sino porque así quedó establecido por los politólogos de la época. El orden social del Medievo establecía la existencia de tres grupos o ordenes. En primer lugar los bellatores, los aristócratas, los guerreros, aquéllos cuya misión y deber era velar por la protección y la seguridad del resto de los integrantes de la sociedad, gente de armas que nacían para el desempeño de la función guerra y hacían de esta última su particular modo de vida, y a veces de subsistencia. En segundo lugar, los oratores, los miembros de ordo eclesiásticos, encargados, en una época en el que el temor a lo divino o lo sobrenatural era habitual, de procurar aplacar la Ira Divina con sus oraciones, actuando como intermediarios entre el hombre y la divinidad, e intercediendo ante ésta para ganar el paraíso para los fieles cuando tuviera lugar el temido Día del Juicio Final. Por último, ya en tercer lugar, los laboratores, los miembros del campesinado, y cuya misión no era que procurar el sustento de aquéllos que no trabajaban la tierra. Es cierto que también puede hablarse, y sobre todo con el desarrollo en el siglo XI de esa importante vía de comunicaciones que fue el Camino de Santiago, que precisamente pasaba por la antigua ciudad de Santa María de Carrión, cabecera de unos de los condados en poder de Pedro Ansúrez, de comerciantes, tenderos o artesanos entre otros. Pero la esencia de la sociedad radicaba precisamente en esos tres órdenes que acabamos de mencionar. 

ACT Fernando III el Santo   El conde Ansúrez es conocido sobre todo por ser el repoblador de Valladolid, pero qué legado, a nivel cultural, espiritual o arquitectónico podemos encontrar de él en lo que fueron sus dominios?

Andrés Barón  Desafortunadamente muy poco. Fue en Valladolid donde Pedro Ansúrez, en los procesos de desarrollo urbanístico y demográfico a los que sometió a la villa, fundó su gran obra magna, la Abadía o Colegiata de Santa María la Mayor. ¿Qué queda del antiguo templo?, pues a excepción de parte de lo que fue la antigua torre de estilo románico, nada. Y es que no podemos decirlo de otra manera, porque a excepción de unos restos tardorrománicos o protogóticos, lo que debió ser la Colegiata de Santa María la Mayor, no existe. Esto en lo tocante a restos arquitectónicos, pero se observa lo mismo en otras manifestaciones artísticas. ¿Que queda del sarcófago donde fueron depositados sus restos mortales, y que debía de ser de fábrica similar a los que pueden observarse en San Zoilo de Carrión, donde se enterraron sus tíos y sus primos?, nada en absoluto. Por suerte, y éste si pertenece a su época, todavía se conserva el sarcófago de su hijo Alfonso Pérez que, procedente del antiguo Monasterio de Sahagún, podemos encontrar en la exposición permanente del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Sarcófago que debió de ser encargado por sus progenitores, ya que como es sabido Alfonso Pérez falleció en el año 1093, mucho antes que estos últimos. Quizá en este caso, ese legado por él que me preguntas, halla que buscarlo más bien dentro del ámbito del Patrimonio Documental, con toda esa serie de diplomas originales de los siglos XI y XII, expedidos por el propio personaje y que se custodian en diferentes archivos nacionales, como el Archivo Histórico Nacional o el Archivo de la Corona de Aragón, o los Archivos de las Catedrales de Valladolid, León, Palencia, Segovia o Huesca. Documentos de un valor incalculable en función de su antigüedad y por lo tanto dignos de cualquier exposición.

Pero bueno, añadiría que en cierto modo, quizá podamos resarcirnos un poco en lo tocante a sus descendientes. No hay que olvidar que su nieta Estefanía Armengol fue la fundadora del Monasterio de Santa María de Valbuena, o que su otra nieta, Elo Álvarez, fundó igualmente el Monasterio de Santa María de Retuerta, ambos a orillas del Duero, y que todavía permanecen en pie en la actualidad. Por otra parte, aquéllos que pueden considerarse como sus descendientes más significativos desde nuestro punto de vista: los Téllez de Meneses, también han dejado una huella que sigue vigente en lugares como el propio Camino de Santiago, ya que no hay que olvidar que fueron ellos quienes llevaron a cabo la fundación del hospital de San Nicolás del Real Camino, ubicado en esta población palentina. O en monasterios del Cister como Santa María de Trianos o Santa María de Matallana, cuyas ruinas todavía se conservan; siendo también posible evocar su recuerdo el ámbito de la arquitectura militar, al ser constructores de fortalezas como las de Villalba de los Alcores o Montealegre de Campos, lugares donde defendieron frente a las mesnadas de los Lara y durante la minoría de edad de Enrique I, la causa de Berenguela de Castilla y por lo tanto de su hijo el infante Fernando, que había de ser poco después el monarca Fernando III de Castilla y León.
  
ACT Fernando III el Santo   De alguna manera podemos entender que el Condado de Saldaña fue el origen físico de la actual provincia de Palencia?

Andrés Barón  El condado en los siglos de la Alta y Plena Edad Media era una entidad administrativa y territorial, al frente de la cual se sitúa un delegado de la autoridad regia: el conde, encargado del gobierno y administración del territorio adscrito al mismo. Durante el siglo X surge en Palencia una de estas demarcaciones: el condado de Saldaña, y ya en la primera mitad del siglo XI, se constata la consolidación de una nueva estructura administrativa, que probablemente surge de la desmembración de la anterior: el condado de Carrión. Se trata de dos circunscripciones territoriales que van a estar vinculadas a los miembros de la parentela de los Banu-Gómez, ya que no en vano se sitúan en zonas donde estos últimos aparecían como los principales propietarios territoriales. De hecho, Pedro Ansúrez accedió al gobierno de ambas entidades, siendo el último de los miembros de su grupo o que ostentó este título, antes de que el sistema condal diera pasó a la nueva realidad administrativa y territorial que se consolidó durante los siglos XII y XIII. Pero el condado de Saldaña, o el condado de Carrión, o el también antiguo condado de Monzón, no dejan de ser eso, entidades territoriales, no puede verse el origen de la provincia de Palencia en los mismos. Eso es algo que debe buscarse en la posterior división provincial que tendrá lugar en el siglo XIX, pero no cualquiera de los antiguos condados, que no dejan de ser estructuras administrativas que conviven unas con otras hasta su total desaparición. En el periodo medieval, sólo existe a mi entender una entidad que más o menos, englobaría la mayor parte de las comarcas que en la actualidad configuran la Provincia de Palencia, y que no es otra que la antigua Diócesis Palentina, restaurada al parecer por Sancho III el Mayor en el año 1035.

ACT Fernando III el Santo   La lealtad, el afán de justicia y el valor personal, son algunos de los valores que conocemos del conde Pedro Ansúrez. No crees que este tipo de hombres debieran de ser más conocidos? y que sus hazañas, piedra sobre las que se asienta nuestra tierra debieran ser divulgadas entre los jóvenes?

Andrés Barón  Entre los jóvenes y los no tan jóvenes. Ahora bien, resulta difícil. Y si ya es complicado para la gente relativamente adulta, la dificultad se acrecienta en el caso de los jóvenes. Afortunadamente para mí, tengo la suerte de no ser docente, por lo tanto, no cabe duda de que la pregunta que me formulas me resulta un poco difícil de contestar. Pero sí puntualizaría, y ya desde un punto de vista de lo que verdaderamente soy, historiador y gestor cultural, que quizá deberían cambiarse los planteamientos docentes o pedagógicos que parecen haber imperado hasta estos momentos. Quizá la Historia no deba únicamente de aprenderse, sino como dicen mis amigos de “Castellum” -ampliamente comprometidos con una actividad cultural como las recreaciones históricas, que cada día parece cobrar no sólo más adeptos para llevarla a cabo, sino también una mayor aceptación por parte del público-, quizá deba vivirse. Desde luego, en algunos momentos en que he podido compartir impresiones con ellos, según me dicen, las experiencias que han empezado a cosechar con determinadas actividades llevadas a cabo con grupos de escolares en el Aula Arqueológica de Fuenteungrillo en Valladolid, donde a través de juegos o recreaciones, enseñan a los integrantes de este colectivo o segmento social, como eran las costumbres y la vida en la Edad Media, son ampliamente positivas; y existe una buena aceptación y un elevado grado de satisfacción por parte de estos últimos, dado que ellos se convierten en partícipes directos o protagonistas de esa experiencia, vamos, que les gusta verse llevando encima una túnica de la Orden del Temple. Y experiencias satisfactorias añadiría, que no se limitan sólo a los jóvenes, sino también a los adultos. Quizá ésta pueda ser la llave de un futuro éxito. Quizá cuando esos jóvenes, y los no tan jóvenes, que siempre suelen formular esa misma pregunta sobre la Historia,  “bueno esto para qué sirve”, quizá entonces comiencen a comprender que ésta consiste en algo más que memorizar un simple listado de fechas donde tuvieron lugar unos determinados acontecimientos, que es su pasado, y que su conocimiento puede ser una experiencia enriquecedora en todos los sentidos. Quizá entonces estén preparados ya para aventurarse en la lectura de un libro como el conde Pedro Ansúrez o de un poema épico como el Cantar de Mío Cid. Pero en estos momentos, puntualizaría que ese grado de preparación, todavía deja bastante que desear.   
  
ACT Fernando III el Santo   La Edad Media desde hace algún tiempo es vendida como tiempo de miseria y oscuridad. Crees que esta visión tan sesgada es real, o por el contrario se trata de una forma de ocultar los valores y principios que regían las vidas de sus contemporáneos?

Andrés Barón  Como todas las épocas en la Historia, en la Edad Media se pueden constatar épocas de desarrollo y épocas de crisis. Pero no cabe duda de que éstas han sido las que más han prevalecido en la mentalidad popular. Ciertamente, un año como 1348, en el fondo tiene que dejar huella: crisis generalizada, Guerra de los Cien años, hambrunas, Peste Negra, aumento de los índices de mortandad, la representación continua de la muerte que está palpable en la sociedad y en la cultura, etc.. Y ésta es la imagen que más parece haber perdurado de aquella época en el imaginario intelectual y popular, quizás por su dureza extrema, llegando a provocar la total animadversión hacia la época en sí. Por cierto, una animadversión hacia lo medieval que no es reciente, ya en la época del Renacimiento o del Siglo de Oro hispánico también se arremetió contra el Medievo, y un ejemplo más palpable lo tenemos en el propio Cervantes, dado que son aquellas nefastas Novelas de Caballería no lo olvidemos, quienes consiguen llevar a su ingenioso hidalgo a la locura. Como puedes observar, esa tendencia que existe en España por rechazar el pasado, no sólo es algo actual, sino que también se percibe en otras épocas.

Pero también como se ha señalado hubo épocas de desarrollo. De hecho, el siglo XI, el siglo de Pedro Ansúrez, es una de esas épocas. No en vano aquí se habla del Despegue o el Despertar de Europa, es un momento de la expansión agraria, del renacimiento urbano y comercial, es la época precisamente en que se produce la consolidación de uno de los fenómenos más importantes de la época, como son las peregrinaciones a Compostela, que no sólo fue una vía de peregrinaciones, sino de intercambios comerciales y culturales con el resto de los reinos europeos, a los que hay que añadir otros con el mundo musulmán de Al-Andalus a través de las vías y rutas hacia el sur. Y como éste se podrían poner más ejemplos a lo largo de todo ese periodo de casi mil años que fue la Edad Media. 

Por lo tanto, época de crisis, pero también de desarrollo, a la que acompaña la existencia como bien dices ciertos valores y principios, de códigos de ética, de moral e ideales de la caballería; algo que supo captar muy bien la literatura romántica del XIX, al menos en Europa. Por lo tanto, no creo que se trate tanto de ocultar, sino que más bien la idea que ha prevalecido sobre la Edad Media lamentablemente es la primera, existiendo un fuerte desconocimiento en lo que respecta a la segunda.

ACT Fernando III el Santo   Cambiando de tema, la Historia en general, es tratada como el hermano pobre en los planes educativos, cuando no manipulada o inventada. Consideras que el desconocimiento que hay en las nuevas generaciones sobre nuestra Historia puede ser una de las principales causas de la falta de amor a lo propio que tenemos en España?

Andrés Barón  Como te he dicho antes, no sabes la suerte que tengo de no dedicarme a la docencia. Si como mero espectador, cuando se ven los índices y estadísticas proporcionados por la Unión Europea, y el lugar que ocupan -en la cola por supuesto-, los estudiantes españoles de primaria y secundaria, no sólo en historia -que no se llama historia, se llama Sociales, al menos así se denominaba hace tiempo ahora no lo sé-, sino también en otras materias como es el caso de esta lengua milenaria que es el castellano, pues..., sin comentarios; así que imagínate si estuviera dentro de todo ese ámbito. Si a ello se la añade la manipulación a la que es objeto una materia como la historia, para la consecución de determinados fines políticos y partidistas donde sólo se persiguen resultados electorales, pues la cosa todavía tiende a complicarse aún más.

No obstante, y siendo un poco menos dramático, creo que también hay que romper una lanza a favor de todos aquéllos sectores que comienzan a estar interesados en conocer algo más de su pasado y su patrimonio, y defenderlo también como se ha dado en muchos casos. Y recordar, como he dicho antes, que quizá la solución radique en cambiar determinados planteamientos dentro de las políticas culturales y los métodos educativos. Vuelvo a reiterar lo que decía anteriormente, a la hora de referirme esa serie de nuevas iniciativas culturales, que se están llevando a cabo por parte de iniciativas como CASTELLUM. Igualmente, no hay que olvidar a distintas asociaciones de particulares que sin ánimo de lucro, se han ido formado para potenciar la divulgación y fomentar la defensa del patrimonio o de la historia. Sin olvidar, por otra parte, que desde hace unos años, la proliferación de Centros de Interpretación o Aulas Arqueológicas, ha contribuido a mostrar la historia desde un punto de vista más accesible para el público, donde éste interviene directamente convirtiéndose en protagonista, y no sólo como un mero espectador que acude a un museo a contemplar un cuadro o una pieza. Es posible que a través de ellas o de otras similares, pudiera estar surgiendo un nuevo horizonte, la cuestión radica en saber ¿llegará a consolidarse o será sólo algo pasajero?
  
ACT Fernando III el Santo   De los muchos responsables de esta situación de pérdida de memoria propia, que grado de responsabilidad otorgas a cada parte, universidades, políticos, ciudadanos etc..?

Andrés Barón  Por lo que yo recuerdo, y dado que estoy fuera de ese ámbito, en las universidades existía ante todo una tendencia a realizar una historia sólo para profesionales, una historia para historiadores, que conllevaba estos últimos se mostrasen incapaces de comunicar con el conjunto de la sociedad, transmitiendo el resultado de sus investigaciones sólo a profesionales en la materia. De este modo, se formaban profesionales de similares características, que a pesar de ser buenos conocedores de la ciencia histórica, eran incapaces de vender este producto al conjunto de la ciudadanía. Hablando en términos económicos, no sabían vender el producto, ni conocían las técnicas de marketing adecuadas para ofertar la Historia como un buen producto cultural, y conseguir que esta última pudiese tener la consiguiente demanda por parte de la sociedad. Y aunque también es cierto que ha habido voces críticas, movimientos que comenzaron a dar la voz de alarma, de que ese no podía ser el camino a seguir, aún así, la impresión que se obtiene es que ese inmovilismo todavía permanece muy latente, ya que la herencia recibida es muy fuerte. Y es que ha existido una tendencia a realizar una historia que, tildándose de social o de total, era ante todo cuantitativa y económica, que no abarcaba o no quería abarcar otras temáticas, y eso es algo que resulta muy difícil de vender o inculcar a un público no especializado. Incluso yo mismo tengo mis dudas si habré sabido enlazar con determinados sectores de este último. Por eso, en esa evolución personal que todos tenemos, he llegado a la conclusión de que el oficio de historiador quizá no deba limitarse únicamente a exponer o explicar una serie de hechos que tuvieron lugar hace siglos, o a explicar determinadas coyunturas; sino que el profesional de la Historia debe de ser capaz de poder recrear mundos, plasmar en negro sobre blanco, sociedades que ya no existen y transmitir al conjunto de la sociedad como fueron estas ultimas en todos y cada uno de sus aspectos. Pero además, añadiría a todo ello, ya desde un punto de vista de como Gestor Cultural, que la Historia es también un producto cultural de primer orden, capaz de crear riqueza y contribuir al desarrollo económico -como cualquier otra actividad cultural-, en mayor o menor medida. Es difícil sí, pero no imposible.

 Respecto a los políticos, independientemente de esa manipulación a la que en ocasiones someten a la historia y de la que ya se ha hecho mención, parece dar la impresión de que existe una absoluta falta de interés y voluntad por la creación de políticas culturales adecuadas, amparándose en la actual recesión económica. Políticas que no tienen porque requerir exactamente un desembolso económico, porque a veces éste ya se realizó en épocas pasadas; sino buscar el aprovechamiento idóneo a unos recursos culturales, de los que muchas veces, la sociedad no tiene conocimiento de la existencia de los mismos, con la creación por ejemplo de nuevas actividades, de nuevas rutas culturales. Cómo es posible que muchos pueblos de la Castilla y León, que conservan un importante patrimonio histórico heredado del pasado, y que en ocasiones han sido objeto de intervenciones que han requerido fuertes inversiones económicas con un objetivo claro: contribuir a su desarrollo,  todavía a día de hoy, su situación continúe siendo tan precaria como antes, sino incluso peor. Que dicha inversión no haya servido en absoluto para obtener ese efecto multiplicador que se perseguía, y todo por una falta de una estrategia y una logística adecuadas. Que todo ese esfuerzo económico generado se pierda, dando lugar a que ese bien cultural que se ha costeado con el esfuerzo del contribuyente a la hora de restaurarlo, corra el riesgo nuevamente de caer en el abandono. 

Y en cuanto a la ciudadanía, lo que impera es el desconocimiento. ¿Ese desconocimiento es voluntario?, en muchas ocasiones sí por supuesto, por que existe una completa falta de interés por la materia, o por que entiende que su conocimiento no le aporta ninguna utilidad, o no le proporciona satisfacción personal. Pero en otras, deriva de lo que ya hemos mencionado en los casos anteriores, porque quienes deberían de ser los verdaderos responsables de transmitir, inculcar, dar a conocer, o simplemente, intentar mostrar -independientemente de que se consiga o no-, lo que es la historia y el patrimonio histórico a la sociedad, en la mayor parte de las ocasiones tienen a desentenderse. 

Entonces, resumiendo, cuál es el camino que debería seguirse para hacer que esa historia -que aparentemente “no vale para nada” como siempre se ha dicho por ahí-, consiga el favor del público, que es al que verdaderamente se pretende llegar. Pues simplemente, concebirla en términos de mercado, hacerla atractiva para el público; y no tiene porque ser algo aberrante o que suene mal. ¿De qué modo? Sencillamente como un buen producto cultural, que además de enriquecer intelectualmente, de proporcionar esa satisfacción en el público, pueda contribuir al desarrollo económico y social; que se observe a la misma como algo que sí puede tener utilidad. ¿Con qué? Pues con nuevas técnicas pedagógicas, con nuevas políticas e iniciativas culturales tanto públicas como privadas, pero sobre todo, con imaginación y con mucha paciencia. Reitero, es difícil pero no imposible.

ACT Fernando III el Santo   Para finalizar, puedes adelantarnos alguno de tus próximos proyectos?

Andrés Barón  Pues realmente en estos momentos..., no tengo ninguno..., pero se admiten todo tipo de sugerencias.

ACT Fernando III el Santo   Muchas gracias Andrés por acercarnos una importante parte de nuestro pasado, y por nuestra parte, recogiendo el guante, te proponemos una investigación sobre los acontecimientos que precedieron en Palencia a la coronación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla.

Vida de San Fernando; El finamiento de la reina Doña Berenguela


Doña Berenguela se despide por última vez de su hijo, el Rey San Fernando en Pozuelo (Ciudad Real)
Tenía D.ª Berenguela más de 65 años y tuvo ánimos de encontrarse con su hijo y su segunda esposa en la actual Ciudad-Real (antes Pozuelo Villa-Real) , pasando ambos unas semanas juntos. Madre e hijo ya no volverían a verse. D. Fernando siguió en Andalucía, y su madre volvió a Burgos, a su querido monasterio de Las Huelgas, donde murió en 1246.

La “Crónica General” refiriéndose al dolor del Rey, su hijo, dice: “Non era maravilla de haber gran pesar, que nunca Rey en su tiempo otra tal perdió de cuantas hayamos sabido ni tan cumplida en todos sus hechos”. Zurita la aclama como mujer santísima. Colmenares la llama admirable ejemplo de virtudes. Zúñiga, heroína de incomparable virtud.

Durante 32 años, D.ª Berenguela figuró en todos los documentos y cédulas reales de su hijo por ser ella Reina propietaria. El arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada , dice de ella: “con razón era la admiración del siglo, porque ni en aquellos tiempos ni en los antecedentes se había visto otra semejante; toda edad, todo sexo, todo Estado y cada nación experimenta sin afecto con efectos. A todos favorece por entero, porque en ninguno disminuye el colmo de gracias recibidas, digna de que todos roguemos al Señor la prospere”.

Voy a terminar con unas frases del P. Flórez. Refiriéndose a D.ª Berenguela: “su prudencia en la conducta de acciones excedía la esperanza del sexo”, pero Flórez no duda ante la evidencia de la actuación de esta mujer de dedicarles frases tan elogiosas como ésta: “Sobresalió tanto en aquel grado (la prudencia) que mereció el dictado de prudentísima”. Pero duda a la hora de aplicarle un apelativo concreto, porque según él, si la llama prudente, las demás virtudes en las que sobresalió quedaban en segundo término y se decide, y a mi me parece correcto, por apellidarla LA GRANDE, que es con el dictado con que la conoce la Historia.

Extraído del documento "La personalidad histórica de D.ª Berenguela la Grande", de María Valentina Calleja González